ESTRÉS Y EL SÍNDROME DE BURNOUT EN EL PERSONAL DOCENTE Y DE SALUD EN LA PANDEMIA
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En relación al estrés laboral por género, en hombres, tiene una influencia del 32% en estrés
medio. Asimismo, del total de la muestra se encontró que son nueve médicos, tres docentes, dos
paramédicos, un psicólogo quienes padecen estrés, por lo cual, se puede notar síntomas físicos
por situaciones personales y principalmente laborales de forma que estos se impulsarán si se
asocian a las exigencias del entorno, como pueden ser reacciones de nerviosismo, preocupación,
esto lo corrobora, quien menciona que los estresores más comunes en el género masculino son
los estresores laborales (7).
Asimismo, en mujeres se encontró un 38% de estrés leve y 41% de estrés medio. Del total de la
muestra se encontró que son trece médicos, cinco docentes, dos paramédicos, dos psicólogas y
una psiquiatra quienes padecen estrés, afirmando que el género femenino tiene más prevalencia
a desarrollar dicha reacción física, porque su jornada laboral no termina al llegar a casa. “Esto
está relacionado con los factores psicosomáticos con variables emocionales y fisiológicas como la
autoestima y la autoeficiencia, otros factores que pueden ser analizados es el apoyo social que
se percibe en un contexto amenazador y retador.” (8). Cuando esto sucede existe la posibilidad
de que la mujer se vea afectada a nivel emocional afectando su contexto laboral, social y familiar.
De esta manera se observa la influencia sociocultural en el desarrollo de estrés tanto en hombres
como en mujeres, notándose una elevada diferencia, donde la desigualdad de género aumenta
la posibilidad de desarrollar estrés laboral. Las mujeres dedican un promedio de 9 horas más a las
labores domésticas que los hombres, por lo que, su jornada laboral no termina al llegar a casa.
Además, American Psychological Association menciona que, los problemas económicos y
financieros también son causas de estrés en las mujeres, asociándolo a su salud mental y física.
Ante los resultados presentes se considera imperante erradicar esta “normalidad” a la que
culturalmente los individuos y las mismas mujeres se han acostumbrado erróneamente (9)
Finalmente, dentro de los niveles de estrés grave encontramos a 13 personas afectadas siendo
el 20% de la muestra, de este porcentaje corresponde a 8 docentes, 4 médicos y 1 psicólogo.
Teniendo mayor incidencia el personal de enfermería, entre los principales factores
encontramos falta de personal, la realización de tareas que no son acorde a su área y una
inadecuada comunicación referente a información de los pacientes y procedimientos a seguir,
el personal docente tiene más campo de acción y contacto directo con los estudiantes como son
el afrontamiento del conocimiento y la capacitación que deben seguir (10).
Por otra parte, en la variable Burnout, encontramos una frecuencia del 20% del total del personal
profesional de salud y docente que muestran este síndrome, porcentaje significativo como
respuesta inadaptativa a los altos niveles de estrés laboral, relacionado con sentimientos y
actitudes negativas hacia los demás y el rol profesional, haciendo relevancia al contacto con el
equipo de salud y docente encontradose con escenarios de riesgo.
Este porcentaje, es ratificado por otros estudios donde la prevalencia de Burnout es similar tanto
en la muestra como en su porcentaje. En un estudio realizado en el personal de salud y docente
de Cartagena se encuentra un 12 % de personal médico y docente con el síndrome. De tal
manera, se verifica la creciente problemática del síndrome Burnout en el personal de salud y
docente, situación que inevitablemente incide en el desempeño y deserción laboral (11).