
CAMBIO CLIMÁTICO Y SU INFLUENCIA EN LA PRODUCCIÓN DE MAÍZ EN CHIMBORAZO
representa un pilar fundamental, tanto en términos de subsistencia como de sostenibilidad
económica. No obstante, el cambio climático está alterando las condiciones necesarias para su
cultivo, amenazando la estabilidad de este recurso vital para la región (4).
El cultivo de maíz en Chimborazo no solo es una actividad económica relevante, sino que
también es una fuente esencial de alimentación para las comunidades locales. La dependencia
de este cereal es evidente, ya que representa la base de la dieta en muchas zonas rurales. Sin
embargo, los cambios en el clima están comenzando a afectar de manera significativa la
producción de maíz. Los agricultores han notado un cambio en los tiempos de siembra y
cosecha, ciclos de crecimiento irregulares y una reducción en los rendimientos, factores que
están impactando tanto la economía como la seguridad alimentaria en la región (5).
El impacto del cambio climático en la agricultura se observa en varias dimensiones. Las
temperaturas fluctuantes afectan el desarrollo fisiológico del maíz, alterando su proceso de
germinación, crecimiento y maduración. Asimismo, las variaciones en los patrones de lluvia
generan problemas tanto de exceso de agua, que provoca anegamientos y pérdida de
nutrientes en el suelo, como de déficit hídrico, que afecta la disponibilidad de agua durante las
fases críticas de desarrollo del cultivo. En regiones montañosas como Chimborazo, el cambio
climático incrementa también el riesgo de eventos extremos, que incluyen heladas y sequías, los
cuales son especialmente devastadores para cultivos sensibles como el maíz (6) . La capacidad
de adaptación de los agricultores es limitada, ya que en su mayoría emplean prácticas
tradicionales que, aunque efectivas en condiciones estables, no son suficientes para enfrentar
los nuevos retos climáticos (7).
Estudios previos a nivel global han demostrado que los efectos del cambio climático son
especialmente severos en zonas tropicales y subtropicales, donde las variaciones en
temperatura y precipitación pueden alterar significativamente la productividad agrícola (8) . La
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido
que los países en desarrollo, particularmente aquellos con alta dependencia en la agricultura,
enfrentan una situación crítica en términos de seguridad alimentaria, ya que la volatilidad
climática amenaza la producción y disponibilidad de alimentos esenciales (3) . En Ecuador, la
situación no es diferente; investigaciones recientes evidencian que los cultivos sensibles al clima,
como el maíz, están siendo gravemente afectados en áreas de altitud elevada como Chimborazo
(9).
La provincia de Chimborazo es un claro ejemplo de cómo el cambio climático está impactando la
agricultura en zonas montañosas. La altitud y la variabilidad climática permiten la existencia de
microclimas, que ofrecen condiciones únicas para la producción agrícola, pero también
aumentan la vulnerabilidad a las alteraciones climáticas (10) . La agricultura en Chimborazo ha
sido históricamente adaptable, gracias a prácticas tradicionales desarrolladas a lo largo de
generaciones. Sin embargo, el cambio climático está desafiando la eficacia de estas técnicas al
modificar el comportamiento climático de la región de maneras impredecibles y más rápidas de
lo que las adaptaciones tradicionales pueden manejar (11).