“DETERMINACIÓN DE LA ACTIVIDAD ANTIOXIDANTE DE UNA BEBIDA A BASE DE PEPINO DULCE (SOLANUM
MURICATUM AITON) Y DURAZNO (PRUNUS PERSICA L. BATSCH)”
bebidas poseen cantidades excesivas de azúcares, ocasionando problemas de salud a corto y
mediano plazo; entre las patologías más comunes están las enfermedades óseas como gota y
osteoporosis, obesidad, caries dentales, problemas hepáticos, afecciones cardiovasculares, entre
otras, impactando de forma negativa a la población mundial (1) y (2).
Por otra parte, el estrés oxidativo inducido por el exceso de radicales libres acumulados a lo largo
de los años en el cuerpo humano, es originado principalmente por contaminantes externos de
origen atmosférico, que comprometen la salud de la población (3). En respuesta a esta
problemática, la creación de bebidas funcionales a partir de frutas está experimentando un
crecimiento constante, motivado por las tendencias saludables entre los consumidores con
respecto a sus hábitos alimenticios y cómo estos productos afectan su salud y estilo de vida. Estas
bebidas funcionales elaboradas a partir de ingredientes de vegetales representan alternativas
ricas en metabolitos secundarios como polifenoles, flavonoides y carotenoides, que contribuyen
en la mitigación del estrés oxidativo (4).
Los antioxidantes son compuestos que pueden contrarrestar la acción oxidativa de los radicales
libres mediante la donación de electrones en el torrente sanguíneo. Se les atribuyen otras
propiedades como conservantes de color, aroma y sabor de los alimentos; así mismo
proporcionan estabilidad microbiana y previenen la oxidación de las grasas, convirtiéndose en
metabolitos esenciales en la conservación de alimentos, así como de la salud (5). Una vez que el
radical libre ha tomado el electrón necesario, la molécula estable que lo cedió se transforma en
un radical libre al quedar con un electrón desapareado, iniciando así una reacción en cadena que
daña células y tejidos.
El pepino dulce o pera melón (Solanum muricatum Aiton), es una especie que forma parte de la
familia Solanáceas, originaria de la región andina de América, catalogado como un fruto exótico
y, por su gran versatilidad, posee una creciente demanda global. Este fruto se caracteriza por su
significativa concentración de agua en su composición, el cual representa un alto porcentaje de
su peso fresco. Su sabor es dulce, lo que podría complementar y equilibrar otros sabores frutales.
A nivel nutricional, se destaca como una fuente natural de antioxidantes como polifenoles,
flavonoides, antocianinas, carotenoides, minerales esenciales, entre ellos fósforo, potasio, hierro,
calcio, zinc y cobre, además de vitaminas A y C las cuales contribuyen al fortalecimiento del
sistema inmunológico, brindando efecto antioxidante y antinflamatorio. Las calorías aportadas a
la ingesta diaria son relativamente bajas, convirtiéndolo en una opción viable en la formulación
de bebidas hidratantes y funcionales (6) y (7).
Por su parte, el durazno (Prunus persica L. Batsch) ha sido ampliamente reconocido en América
desde tiempos precolombinos, destacándose por sus características favorables y su notable
adaptabilidad. Estas propiedades han facilitado su expansión en las regiones andinas,
consolidándolo como la tercera fruta de mayor producción a nivel global. Por su versatilidad, se
puede consumir fresca o procesada en néctares, conservas y pulpas. El perfil nutricional del
durazno representa una fuente de compuestos bioactivos como polifenoles, carotenoides y
vitamina C; dichos compuestos previenen el estrés oxidativo, enfermedades neurodegenerativas,
oncológicas y refuerzan el sistema inmunológico (8).
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