Agosto 2024
ISSN 2953-6367 Vol. 5, No.11, PP.95-109
http://revistainvestigo.com https://doi.org/10.56519/f9jnhg87
Revista Científica Multidisciplinaria InvestiGo
Riobamba Ecuador
Cel: +593 97 911 9620
revisinvestigo@gmail.com 95
ENFERMEDADES VÍRICAS ENTÉRICAS EN CERDOS
NEONATOS: UNA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
ENTERIC VIRAL DISEASES IN NEONATAL PIGS: A REVIEW OF
THE LITERATURE BIBLIOGRAPHIC
Juan Carlos Llivi Marcatoma
1
, Santiago Eduardo Valle Baldeón
2
{juan.llivi@espoch.edu.ec
1
, santiago.valle@espoch.edu.ec
2
}
Fecha de recepción: 1 de agosto de 2024 / Fecha de aceptación: 14 de agosto de 2024 / Fecha de publicación: 26 de agosto de 2024
RESUMEN: Los coronavirus y rotavirus son agentes etiológicos significativos en la industria
porcina, responsables de graves pérdidas económicas debido a la alta morbilidad y
mortalidad que ocasionan, especialmente en lechones jóvenes. Esta revisión bibliográfica
analiza los virus de la gastroenteritis transmisible (VGET), la diarrea epidémica porcina
(VDEP), y los rotavirus A, C y H, destacando su impacto en la producción porcina. Se describen
sus características virológicas, epidemiológicas, y patogénicas, así como los todos
diagnósticos utilizados para su detección y diferenciación. La revisión subraya la importancia
de emplear un enfoque diagnóstico multimodal, debido a la similitud clínica entre estos
patógenos y la evolución constante de sus cepas, lo que complica su control. Además, se
discuten las estrategias de prevención, enfatizando la necesidad de mejorar las prácticas de
bioseguridad y desarrollar vacunas efectivas para reducir la incidencia de estas
enfermedades en explotaciones porcinas. La revisión concluye que la vigilancia continua y la
innovación en técnicas diagnósticas y preventivas son esenciales para gestionar eficazmente
los riesgos asociados con estos virus en la industria porcina.
Palabras clave: Coronavirus porcinos, rotavirus, gastroenteritis transmisible, diarrea
epidémica porcina, diagnóstico viral
ABSTRACT: Coronaviruses and rotaviruses are significant etiological agents in the swine
industry, responsible for serious economic losses due to the high morbidity and mortality
they cause, especially in young piglets. This literature review analyzes transmissible
gastroenteritis virus (TGEV), porcine epidemic diarrhea virus (PEDV), and rotaviruses A, C,
and H, highlighting their impact on swine production. Their virological, epidemiological, and
pathogenic characteristics and the diagnostic methods used for their detection and
differentiation are described. The review stresses the importance of employing a multimodal
diagnostic approach, due to the clinical similarity between these pathogens and the constant
1
Grupo de Investigación en Ciencias Veterinarias, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo-Ecuador,
https://orcid.org/0000-0001-9168-154X, +5930960176967
2
Grupo de Investigación en Ciencias Veterinarias, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo-Ecuador,
https://orcid.org/0000-0002-4425-1368, +5930995014514
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evolution of their strains, which complicates their control. In addition, prevention strategies
are discussed, emphasizing the need to improve biosecurity practices and develop effective
vaccines to reduce the incidence of these diseases on swine farms. The review concludes
that continuous surveillance and innovation in diagnostic and preventive techniques are
essential to effectively manage the risks associated with these viruses in the swine industry.
Keywords: Porcine coronavirus, rotavirus, transmissible gastroenteritis, porcine epidemic
diarrhea, viral diagnosis
INTRODUCCIÓN
En el ganado porcino, las gastroenteritis se consideran una de las principales enfermedades de
etiología infecciosa, que ocasionan significativas pérdidas económicas en la industria porcina.
Sus signos principales incluyen cuadros clínicos caracterizados por la rápida aparición de
diarreas, acompañados de otros síntomas como vómitos, deshidratación y muertes durante
los primeros días de vida. La ausencia de vacunas comerciales ha complicado el control de
estos procesos entéricos, lo que ha provocado un incremento de las diarreas neonatales
causadas por virus en las explotaciones porcinas (1).
En los últimos años, los coronavirus han ganado relevancia desde el primer brote del SARS-
CoV. Esta familia de virus, dependiendo de la especie, puede causar signos entéricos,
respiratorios y/o neurológicos. Entre los virus entéricos más representativos para el ganado
porcino se encuentran los coronavirus que provocan la diarrea epidémica porcina (DEP) y la
gastroenteritis transmisible porcina (GET). Además, otro virus entérico que ocasiona cuadros
diarreicos tanto en humanos como en porcinos es el rotavirus, siendo el Rotavirus A (RVA) y el
Rotavirus C (RVC) los más importantes dentro de la clínica porcina (1). Recientemente, ha
aparecido un nuevo Rotavirus, el Rotavirus H (RVH), identificado en granjas porcinas de Japón,
Brasil, Estados Unidos, Sudáfrica y Vietnam. Estudios recientes realizados en España han
reportado por primera vez la presencia de RVH, lo que indica que este virus está relativamente
extendido en la población porcina española. (1).
El virus de la diarrea epidémica porcina (VDEP) pertenece a la familia Coronaviridae, orden
Nidovirales, género Alphacoronavirus, subgénero Pedacovirus. Es un tipo de virus ARN de
cadena simple y polaridad positiva. Clínicamente el virus produce diarrea, vómitos, pérdida de
peso en cerdos afectados, sin embargo, en cerdos neonatos puede causar una alta tasa de
morbilidad y mortalidad de hasta el 100% de afección (2). Inicialmente la enfermedad fue
reportada por primera vez en Inglaterra y Bélgica en la década de 1970. La enfermedad se ha
extendido a otras regiones, como Estados Unidos, Canadá y México.
Las pérdidas ocasionadas por los brotes de DEP en Estados Unidos han tenido un impacto
significativo en la industria porcina, afectando aproximadamente al 10% de la población
porcina doméstica total, lo que equivale a unos 7 millones de lechones afectados por esta
enfermedad (3). Además, existen otros coronavirus que causan diarrea y complican el
ENFERMEDADES VÍRICAS ENTÉRICAS EN CERDOS NEONATOS: UNA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
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diagnóstico etiológico, lo que indica que no se puede establecer un diagnóstico únicamente
mediante métodos clínicos, sino que es necesario utilizar también técnicas de laboratorio (2).
La gastroenteritis porcina también es una enfermedad causada por un virus de la familia
Coronaviridae. Se trata de un virus ARN monocatenario. Morfológicamente, presenta
proyecciones radiales que le dan un aspecto de corona solar. Los principales signos descritos
incluyen diarrea acuosa severa acompañada de vómitos, y puede afectar a cerdos de todas las
edades. En lechones de al menos dos semanas de edad, puede provocar una tasa de
mortalidad de hasta el 100% como resultado de una deshidratación severa (4).
El virus de la gastroenteritis transmisible (VGET) fue reportado por primera vez en 1941 en
Estados Unidos, y desde entonces se ha extendido a otras regiones de América, Europa y Asia,
ocasionando pérdidas económicas en la industria porcina de estos lugares. Además, en los
últimos años, se ha observado que las cepas del virus de la gastroenteritis porcina (VGET) han
ido recombinándose y evolucionando. Estas cepas recombinantes se han propagado entre
especies, lo que ha hecho que la prevención y el diagnóstico sean más complejos.
Rotavirus es uno de los principales agentes causantes de cuadros diarreicos en humanos y
animales. Se ha observado que los animales jóvenes son susceptibles, sin embargo, el riesgo
de susceptibilidad disminuye conforme los animales crecen y esto se debe a los cambios
fisiológicos que sufre el animal o a la inmunidad adquirida por infecciones anteriores (5). A
nivel mundial, el Rotavirus A representa una importante carga sanitaria. Es un patógeno
importante dentro de la cría intensiva de animales, especialmente entre los animales jóvenes.
El Rotavirus pertenece a la familia Reoviridae, género Rotavirus y abarca un gran número de
especies que van desde el Rotavirus A-D y Rotavirus F-J. Estos virus ARN poseen un genoma de
11 segmentos encerrados en una cápside de triple capa (6).
A nivel mundial las infecciones por RVA ha sido descrita en animales con cuadros diarreicos y
no diarreicos ocasionando repercusiones económicas en la producción de cerdos. Mientras
que el Rotavirus C se asociado a brotes de diarreas e infecciones asintomáticas y el Rotavirus
H es considerado como un patógeno emergente detectado en cerdos con cuadro diarreicos y
no diarreicos(7). En la actualidad los rotavirus constituyen un desafío permanente dentro de
la producción porcina, debido a su naturaleza y a la resistencia en el medio ambiente
ocasionando una alta mortalidad en lechones jóvenes debido a la deshidratación
especialmente cuando existe brotes graves dentro de la cría intensiva (6).
El objetivo de esta revisión bibliográfica fue analizar y sintetizar el conocimiento actual sobre
los principales coronavirus y rotavirus que afectan a la industria porcina, con un enfoque en
sus características etiológicas, patogénicas, epidemiológicas, y las estrategias de diagnóstico
disponibles. Este estudio busca proporcionar una visión integral de cómo estos patógenos
impactan la producción porcina, destacando los desafíos en la prevención y control de las
enfermedades, así como la evolución de las cepas virales que complican su manejo en el
contexto de la producción intensiva de cerdos.
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MATERIALES Y MÉTODOS
Para la realización de esta revisión bibliográfica, se llevó a cabo una búsqueda exhaustiva de
literatura científica utilizando bases de datos reconocidas como PubMed y Scopus. Se
emplearon las siguientes palabras clave para guiar la búsqueda “Porcine Coronavirus,”
“Porcine Rotavirus,” “Transmissible Gastroenteritis,” “Porcine Epidemic Diarrhea,” “Viral
Diagnosis in Swine,” “Biosecurity in Swine Production,” and “Prevention of Swine Diseases. La
selección de artículos se basó en la relevancia y actualidad de las publicaciones, priorizando
estudios publicados en los últimos diez años.
Se incluyeron investigaciones que abordaran aspectos etiológicos, patogénicos,
epidemiológicos, y diagnósticos de los patógenos estudiados, así como revisiones y
metaanálisis relacionados con la producción porcina. La información recopilada fue analizada
y sintetizada para proporcionar una visión integral de los avances y desafíos actuales en el
control de estos virus en la industria porcina.
DISCUSIÓN
Rotavirus porcinos causantes de cuadros clínicos de gastroenteritis. Rotavirus. Etiología.
El rotavirus, un patógeno viral de la familia Reoviridae, es un virus de ARN sin envoltura que
presenta un genoma segmentado en once fragmentos de ARN bicatenario. Este genoma
codifica tanto proteínas estructurales (VP1 a VP4, VP6 y VP7) como no estructurales (NSP1-
NSP6), siendo las proteínas VP4 y VP7 de la cápside externa cruciales para la inducción de
anticuerpos neutralizantes, lo que resalta su importancia en la respuesta inmunitaria (8), (9).
Entre los grupos de rotavirus porcinos, el Rotavirus A (RVA) es el más comúnmente detectado,
mientras que los grupos B (RVB) y C (RVC) son identificados con menor frecuencia, subrayando
la diversidad y la distribución variable de estos patógenos en las poblaciones porcinas (9), (11).
Epidemiologia
Los rotavirus porcinos representan un significativo desafío económico en la producción porcina
a nivel global, debido a su rol como principal agente etiológico de infecciones entéricas en
cerdos. Estas infecciones no solo afectan la salud y el bienestar animal, sino que también
tienen repercusiones en la salud humana, especialmente en niños, al causar cuadros de
gastroenteritis viral (12), (13). La capacidad del rotavirus para infectar tanto a cerdos como a
humanos subraya la importancia de su control en la industria porcina para mitigar pérdidas
económicas y reducir riesgos zoonóticos.
La prevalencia global de diarreas ocasionadas por rotavirus se estima en un 15% (14), aunque
esta cifra varía significativamente según la región geográfica y los métodos de diagnóstico
empleados (15). Estudios en diferentes países reflejan esta variabilidad, con prevalencias
reportadas de 9% en Nueva Zelanda (16), 34% en Canadá (17), y hasta 63% en el Reino Unido
(8) . Estas discrepancias subrayan la necesidad de considerar factores locales y metodológicos
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al interpretar y comparar datos de prevalencia de rotavirus, lo que es crucial para diseñar
intervenciones efectivas.
La alta prevalencia de rotavirus tipo C (RVC) en cerdos jóvenes, con tasas de hasta 78% en
Estados Unidos y Canadá, destaca la vulnerabilidad de los lechones a estas infecciones en sus
primeros días de vida (10). Estudios adicionales utilizando RT-qPCR han revelado que una
proporción considerable de muestras analizadas, 33% para RVB y 53% para RVC, confirma la
extensión de estas infecciones en poblaciones porcinas (18). Aunque la morbilidad asociada a
estas infecciones es elevada, la mortalidad se mantiene baja, incrementándose únicamente
cuando las infecciones por rotavirus coexisten con otras enfermedades entéricas, lo que
enfatiza la necesidad de estrategias preventivas integradas para reducir el impacto en la
producción porcina (19).
Patogenia
Los cerdos recién nacidos son particularmente vulnerables a las infecciones por rotavirus
debido a la lenta renovación de sus enterocitos, lo que facilita la replicación viral una vez que
el patógeno ingresa por vía oral (20). El virus se replica en los enterocitos del colon, ciego y en
las células epiteliales del yeyuno e íleon, causando lisis celular y resultando en el acortamiento
y atrofia de las vellosidades intestinales, una lesión histológica característica de la infección
por rotavirus (Ramis, 2019). Esta atrofia conduce a una reducción en la actividad de la enzima
disacaridasa, provocando la retención de disacáridos y la consecuente hiperosmolaridad en la
luz intestinal. Además, la alteración de la actividad de la Na+K+ ATPasa y la mala absorción de
glucosa resultan en una diarrea osmótica, agravando el cuadro clínico (21), (22).
Signos clínicos y alteraciones patológicas
Los signos clínicos de la infección por rotavirus en cerdos se manifiestan rápidamente, entre
las 19 y 24 horas postinfección, y se caracterizan por la aparición de diarreas severas que
conducen a una deshidratación significativa, especialmente durante las etapas de lactancia y
posdestete (8,20,23). Esta rápida progresión subraya la necesidad de una intervención
temprana para mitigar las consecuencias clínicas y económicas de la enfermedad en la
producción porcina.
La infección por rotavirus en cerdos se caracteriza macroscópicamente (Figura 1 y 2) por un
intestino dilatado y lleno de contenido líquido de color amarillo a gris. Las paredes intestinales
se presentan delgadas, y el estómago contiene leche sin digerir, lo que refleja un fallo en la
digestión y absorción intestinal (21). Estas alteraciones macroscópicas son indicativas de la
gravedad de la infección y subrayan la necesidad de un diagnóstico temprano y preciso para
prevenir complicaciones mayores en la salud del animal y en la producción porcina.
A nivel microscópico, la infección por rotavirus en cerdos se caracteriza por la destrucción de
las células epiteliales, lo que se manifiesta en el acortamiento de las vellosidades intestinales,
la presencia de células epiteliales de forma cuboidea a plana, vacuolización del epitelio y
descamación en el intestino delgado (20). Estas alteraciones histológicas, junto con la relación
entre la altura de las vellosidades y la profundidad de las criptas, son fundamentales para
diferenciar esta infección de otras patologías gastrointestinales causadas por virus como el de
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la diarrea epidémica porcina y la gastroenteritis transmisible, así como por bacterias como E.
coli y C. perfringens (21). Esta especificidad diagnóstica es crucial para orientar un tratamiento
adecuado y reducir el impacto de la enfermedad en la producción porcina.
Figura 1. Lesiones macroscópicas. La lesión pica de
la infección por rotavirus es el adelgazamiento de las
asas del intesno delgado, que al mismo empo
presentan un aspecto distendido y ácido. La luz
intesnal está ocupada por un contenido muy líquido
de color amarillento. Ramís et al. (24).
Figura 2. Mucosa intesnal. La mucosa intesnal
aparece hiperémica y recubierta por restos de leche
sin digerir. Ramís et al. (24).
Diagnóstico e identificación
El diagnóstico clínico de la infección por rotavirus en cerdos es complejo debido a la similitud
de los cuadros clínicos con otras infecciones virales y bacterianas, lo que dificulta su
diferenciación (21). Por ello, un diagnóstico definitivo requiere una evaluación integral que
combine los síntomas, la historia clínica de la granja y la aplicación de diversas técnicas de
laboratorio.
Entre las pruebas diagnósticas más utilizadas se incluyen la aglutinación de látex, microarrays,
microscopía electrónica, secuenciación del genoma, amplificación por PCR, inmunoensayo
enzimático (EIA) y el aislamiento del virus en cultivo celular (20), (25). Estas herramientas
permiten una identificación precisa del virus, esencial para implementar medidas de control
efectivas y minimizar el impacto de la enfermedad en la producción porcina.
El diagnóstico de rotavirus en cerdos se basa en una variedad de técnicas que varían en costo,
complejidad y precisión. El inmunoensayo enzimático, aunque es el método más simple y
económico, ha sido superado en importancia por métodos moleculares como la RT-qPCR,
debido a su rapidez, especificidad y sensibilidad, que permiten no solo la detección precisa,
sino también el genotipado de cepas de RVA y la identificación de tipos B y C (18), (25). Aunque
la microscopía electrónica puede revelar la presencia de rotavirus, su baja sensibilidad y falta
ENFERMEDADES VÍRICAS ENTÉRICAS EN CERDOS NEONATOS: UNA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
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de capacidad para diferenciar cepas limitan su utilidad. Alternativamente, la
inmunohistoquímica (IHC) ofrece una identificación específica al asociar lesiones histológicas
con la presencia del virus, aunque su aplicación está restringida por la necesidad de
anticuerpos específicos (20). La histopatología también es crucial, especialmente para
identificar lesiones asociadas con rotavirus tipo C, aunque la similitud de estas con otras
infecciones virales, como VGET y VDEP, subraya la necesidad de un enfoque diagnóstico
multimodal para lograr un diagnóstico definitivo y preciso (21), (26).
Coronavirus porcinos causantes de cuadros clínicos de gastroenteritis. Virus de la diarrea
epidémica porcina (VDEP). Etiología.
Pertenece a la familia Coronaviridae y posee un genoma viral de tipo ARN monocatenario. El
ARN genómico del VDEP contiene siete marcos de lectura abierta (ORF), cuya función es la
codificación de proteínas virales. ORF 1a y ORF 1b codifica la polimerasa viral, mientras que
ORF 3 codifica una proteína estructural de función desconocida, por lo tanto, esta proteína
es relacionada con la patogenicidad viral. Así mismo, existen otros ORF con nombres
específicos que actúan de acuerdo con las proteínas que se encuentran en determinada región,
como en las proteínas de espiga (S), matriz (M) y nucleocápside (N) (27), (28).
Entre las proteínas virales del VDEP, la proteína S destaca por su alta antigenicidad y su papel
crucial en la interacción con los receptores celulares del huésped, lo que facilita la entrada del
virus y la inducción de anticuerpos neutralizantes (28). Esta característica la convierte en un
objetivo clave para la identificación del virus mediante técnicas de biología molecular. La
proteína M, por su parte, es esencial en el ensamblaje viral y también induce la producción de
anticuerpos neutralizantes, mientras que la proteína N protege el genoma viral al interactuar
con el ARN y otras proteínas.
Finalmente, la proteína E desempeña un papel vital durante la gemación del coronavirus,
subrayando la complejidad del ciclo de vida del VDEP y la importancia de estas proteínas en su
patogenicidad y en la respuesta inmunitaria del huésped (27), (29).
Epidemiología
La diarrea epidémica porcina (DEP) es una enfermedad altamente contagiosa que afecta a
cerdos de todas las edades, con una mayor gravedad en lechones lactantes, donde se observa
una alta mortalidad y morbilidad debido a la infección de las células epiteliales intestinales, lo
que provoca diarrea aguda, vómitos y deshidratación (30). La enfermedad ha tenido un
impacto significativo a nivel global, con brotes reportados en Europa, Asia y América.
En particular, entre 2013 y 2015, la epidemia de DEP en Estados Unidos resultó en la pérdida
de casi 7 millones de cerdos, subrayando la devastación económica que puede causar (3), (27).
La transmisión del VDEP se facilita por una bioseguridad deficiente, con factores de riesgo
como camiones contaminados, botas sucias, y la introducción de animales infectados, lo que
resalta la necesidad de estrictas medidas preventivas para controlar la propagación del virus
(22), (31).
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Patogenia
Tras la ingestión de heces o alimentos contaminados, el VDEP se replica en el citoplasma de
las células epiteliales de las vellosidades del intestino delgado y, en menor medida, en el colon.
Esta replicación viral induce la degeneración de los enterocitos, lo que provoca el
acortamiento, atrofia y fusión de las vellosidades intestinales, reduciendo significativamente
la capacidad de absorción del intestino (27).
Como resultado de esta disminución en la absorción, los cerdos afectados experimentan una
pérdida severa de líquidos, deshidratación y, en muchos casos, muerte (22). Este mecanismo
patológico subraya la rapidez con la que el VDEP puede comprometer la salud y supervivencia
de los animales infectados, destacando la importancia de medidas preventivas efectivas.
Signos clínicos y alteraciones patológicas
Los signos clínicos de la diarrea epidémica porcina (DEP) aparecen rápidamente, entre 1 y 3
días postinfección, manifestándose principalmente con diarrea acuosa, deshidratación,
anorexia y vómitos (22). La severidad de la enfermedad está estrechamente vinculada a la edad
de los animales y su estado inmunológico, siendo los lechones jóvenes y aquellos con defensas
debilitadas los más gravemente afectados (27), (32). Este cuadro clínico subraya la importancia
de la intervención temprana y la gestión adecuada de la inmunidad en los hatos porcinos para
mitigar el impacto de la enfermedad.
Macroscópicamente, la infección por el VDEP se caracteriza (Figura 3 y 4) por un estómago
distendido que contiene fragmentos de leche no digerida, junto con paredes intestinales
delgadas y transparentes(27), (29). Estas alteraciones reflejan una interrupción severa en la
función digestiva y la absorción intestinal, lo que contribuye a la rápida desnutrición y
deshidratación observada en los animales afectados. Estas características macroscópicas son
indicativas del daño extenso causado por el virus, subrayando la gravedad de la enfermedad y
la necesidad de un diagnóstico temprano y preciso.
Microscópicamente, la infección por DEP se caracteriza por vacuolización de las células
epiteliales, descamación celular, y fusión y reducción de las vellosidades intestinales (32), (33).
Estas alteraciones histológicas reflejan un daño significativo en la mucosa intestinal, que
compromete la absorción de nutrientes y contribuye a los graves síntomas clínicos observados
en los animales afectados. La severidad de estas lesiones subraya la naturaleza destructiva del
virus y la importancia de un diagnóstico histopatológico preciso para la confirmación de la
enfermedad.
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Figura 3. Lesiones de DEP. La lesión pica de la diarrea
vírica epidémica consiste en la presencia de asas del
intesno delgado dilatadas, ácidas, con un marcado
adelgazamiento de la pared intesnal (24).
Figura 4. Cerdo de cuatro días con diarrea aguda
porcina. Intesno delgado de paredes nas y dilatado
con contenido líquido (33).
Diagnóstico e identificación
La identificación etiológica del VDEP requiere pruebas de laboratorio debido a que sus
manifestaciones clínicas no son patognomónicas y pueden confundirse con otras patologías
similares. Para un diagnóstico definitivo, es esencial utilizar métodos complementarios que
diferencien el VDEP de otros agentes patógenos (27,34). Entre las técnicas más rápidas y
sensibles se encuentran las pruebas de anticuerpos fluorescentes e inmunohistoquímica, que
detectan antígenos de VDEP en muestras de intestino delgado de cerdos con diarrea aguda
(35).
No obstante, algunas investigaciones indican que estas y otras pruebas, como la microscopía
electrónica y ELISA, aunque útiles, presentan limitaciones en cuanto a especificidad y
sensibilidad, lo que puede afectar la rapidez y precisión del diagnóstico (27,29). Por ello, la
combinación de diversas técnicas diagnósticas es fundamental para una identificación certera
del virus.
La reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) es una técnica
altamente específica y sensible para la detección del VDEP, permitiendo la identificación
directa del gen viral a partir de muestras con incluso una baja carga viral (29,35). Además,
variantes avanzadas de la PCR, como la RT-PCR dúplex y la RT-PCR multiplex, ofrecen la
capacidad de diferenciar entre VDEP y otros virus, como el VGET porcina, o de detectar
múltiples patógenos simultáneamente (36,37).
Aunque la histopatología puede identificar la presencia del VDEP mediante los cambios
vacuolares hidrópicos en las vellosidades intestinales, su limitación radica en la incapacidad
para diferenciarlo de VGET, debido a las similitudes en las lesiones observadas (32). Estas
herramientas diagnósticas, con sus respectivas ventajas y limitaciones, subrayan la
importancia de un enfoque multimodal para un diagnóstico preciso del VDEP.
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Virus de la Gastroenteritis trasmisible (VGET). Etiología
El virus de la gastroenteritis transmisible porcina (VGET) es un coronavirus del género
Alphacoronavirus, perteneciente a la familia Coronaviridae, caracterizado por su genoma de
ARN y una envoltura lipídica que le confiere estabilidad y facilita su entrada en las células
huésped (38,39). Con un tamaño aproximado de 160 nm, el VGET presenta espículas en su
superficie que le otorgan su distintiva forma de corona, una característica común entre los
coronavirus (40). Estas propiedades estructurales y genéticas son fundamentales para su
patogenicidad y su capacidad de infectar a los cerdos, lo que subraya la importancia de este
virus en la epidemiología de las enfermedades porcinas.
Epidemiología
El VGET tiene una distribución global y causa pérdidas económicas significativas en la industria
porcina. Todos los porcinos son susceptibles a esta enfermedad, con una tasa de mortalidad
del 100% en lechones neonatos menores de 2 semanas, mientras que cerdos mayores de 5
semanas suelen sobrevivir a la infección y los adultos presentan síntomas leves (41,42). La
transmisión del VGET ocurre principalmente a través de la ruta oral-fecal y su capacidad de
sobrevivir a bajas temperaturas facilita su prevalencia en invierno (39). El virus puede
manifestarse de forma endémica, afectando a granjas seropositivas como una derivación de
un cuadro epidemiológico, o de manera epidémica, impactando principalmente a granjas
seronegativas (22,40). Estas características resaltan la necesidad de implementar medidas de
control específicas para minimizar su impacto en la producción porcina.
Patogenia
El VGET ingresa por vía oral y se multiplica rápidamente en el epitelio del intestino delgado,
especialmente en lechones neonatos. Esta replicación viral provoca la destrucción del epitelio
de las vellosidades intestinales, generando células epiteliales inmaduras y atrofia de las
vellosidades, principalmente en el yeyuno y, en menor medida, en el íleon. Esta atrofia
conduce a una mala absorción y alteración de los procesos digestivos, lo que impide la
adecuada hidrólisis y absorción de la leche ingerida. Como resultado, se incrementa la presión
osmótica en la luz intestinal, lo que retiene líquidos y provoca diarrea, deshidratación y
desequilibrio electrolítico en los cerdos afectados (22,40). Estas alteraciones subrayan la
gravedad de la infección en lechones jóvenes y la necesidad de intervenciones rápidas para
prevenir consecuencias fatales.
Signos clínicos y alteraciones patológicas
Los signos clínicos del VGET son similares a los del VDEP, lo que dificulta su diagnóstico
diferencial (39). Ambos virus provocan diarrea severa, vómitos, deshidratación y pérdida de
peso, síntomas que pueden llevar a una rápida descompensación en los cerdos afectados,
especialmente en lechones jóvenes (22), (42). Esta similitud clínica subraya la importancia de
emplear pruebas de laboratorio específicas para un diagnóstico preciso y la implementación
de estrategias de control adecuadas.
Macroscópicamente, la infección por VGET se caracteriza por la presencia de leche sin digerir
en el estómago, un intestino dilatado y contenido lácteo de aspecto cremoso y amarillento
(Figura 5 y 6). A nivel microscópico, se observa una atrofia significativa de las vellosidades
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intestinales, acompañada de vacuolización del epitelio y descamación celular (22),(40). Estas
alteraciones estructurales reflejan el daño severo causado por el virus, lo que compromete la
absorción de nutrientes y conduce a una rápida deshidratación y deterioro en los cerdos
afectados.
Figura 5. Asas del intesno delgado distendidas,
hiperémicas, con abundante gas y contenido uido
amarillento. Se observa distensión del estómago (24).
Figura 6. Asas intesnales ácidas, dilatadas e
intensamente hiperémicas y congesvas (24).
Diagnóstico e identificación
El diagnóstico del VGET porcina se basa en la evaluación de la sintomatología clínica (22); sin
embargo, la similitud de las manifestaciones clínicas, epidemiológicas y patológicas con el delta
coronavirus porcino (PDCoV) y el VDEP dificulta su diferenciación (43). Además, la excreción
de otros coronavirus respiratorios a través de las heces en cerdos infectados puede confundir
los resultados diagnósticos (44). Por lo tanto, es esencial emplear una combinación de pruebas
para lograr un diagnóstico definitivo. Entre los métodos disponibles para la identificación del
TGEV se encuentran la microscopía electrónica (ME), la prueba de anticuerpos fluorescentes
(FAT) y la inmunohistoquímica, que son herramientas valiosas para la confirmación del
virus(36).
Actualmente, la detección del VGET, junto con otros virus entéricos como el VDEP y el
Rotavirus, se realiza mediante la PCR inversa de transcripción ltiplex, una prueba rápida,
sensible y de menor costo en comparación con otros métodos diagnósticos (37,45). Esta
técnica permite la identificación simultánea y diferenciación de VGET, VDEP y RVA, lo que
representa una ventaja significativa en el manejo de estas infecciones (37).
Como complemento, la histopatología puede emplearse para observar las lesiones intestinales
causadas por VGET, como la vacuolización de las células epiteliales, descamación celular y, en
ocasiones, la formación de sincitios, junto con la reducción y fusión de las vellosidades. Sin
embargo, estas lesiones son similares a las provocadas por el VDEP, aunque menos severas, lo
que dificulta la diferenciación entre ambos virus (32). Dado que la histopatología no permite
un diagnóstico definitivo, se recomienda el uso de pruebas complementarias como la
ENFERMEDADES VÍRICAS ENTÉRICAS EN CERDOS NEONATOS: UNA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
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hibridación in situ o la inmunohistoquímica, que ofrecen alta especificidad y sensibilidad en la
identificación del tipo de células infectadas (36).
CONCLUSIONES
Esta revisión bibliográfica resalta la complejidad de las infecciones virales en la industria
porcina, subrayando la importancia de una combinación de métodos de diagnóstico para
identificar y diferenciar entre los diversos patógenos, como el virus de la gastroenteritis
transmisible (TGEV), el virus de la diarrea epidémica porcina (PEDV) y los rotavirus. La
evolución y recombinación de las cepas virales representan un desafío continuo para el control
de estas enfermedades, exacerbando los impactos económicos en la producción porcina.
Además, se concluye que la implementación de estrategias integradas de prevención y
diagnóstico es crucial para mitigar las pérdidas y proteger la salud animal.
DECLARACIÓN DE INTERÉS
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.
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